Santa María Salomé - Historia - Real Cofradía de Jesús -Nazareno- de Cieza

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Santa María Salomé - Historia

La imagen de Santa María Salomé se incorpora a patrimonio procesional de la Cofradía de Jesús en 1953 como atestigua la prensa local, en la publicación de Mariposas del 22 de marzo de 1953: "[…] Haciendo eco de los comentarios oídos a gente autorizada, […] el valioso tesoro artístico pasionario de nuestra ciudad, ha sido aumentado con la aportación de una nueva imagen, María Salomé, obra de un escultor valenciano de renombrada fama. […]".

Así mismo, lo corrobora el libro de actas de la cofradía, en la sesión del 12 de octubre de 1952: "[…] Siendo hoy once horas del día doce de octubre de mil novecientos cincuenta y dos […] Se dio por cubierta la sesión por el Sr. Presidente cuando se conocen los motivos de esta reunión, que era dar detalles de las gestiones hechas en Valencia. Siguiendo en el uso de la palabra el Sr. Presidente, dijo, que habrán echo definitivamente el encargo de la imagen de Santa María Salomé a Don Octavio Vicent. Y que había sido afectado por el precio de 9500 pts (nueve mil quinientas pesetas). En recaudo a cuenta la cantidad de dos mil pesetas; comprometiéndose dicho Sr. Vicent a entregar la imagen a finales del próximo mes de enero. […]".

Una vez en Cieza, la imagen desfilaría por primera vez en esa misma Semana Santa de 1953 en la Procesión del Santo Entierro y sobre el trono de la imagen titular de la cofradía, el de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Este hecho, creo malestar en la camarería de la imagen del Nazareno, al no ver con buenos ojos que la imagen del señor compartiera trono con la neófita imagen de la Salomé. Esto desencadenó en el encargo de un nuevo trono para la imagen de la Santa Mujer al escultor y tallista ciezano Manuel Juan Carrillo Marco, el cual no sería finalizado hasta la Semana Santa de 1956, provocando que la imagen de Santa María Salomé no desfilará en los años 1954 y 1955.

Curioso es el hecho, de la iniciativa inicial que la Cofradía de Jesús tuvo con la incorporación de la Santa Mujer, María Salomé, la cual era convertirla en la imagen titular de una nueva hermandad, eso sí, siempre con la denominación de filiar, y vinculada a la matriz del Nazareno, pero sin embargo aquella iniciativa nunca llegó a concretarse y cayó en el olvido.

Como decía, para 1956 se estrenaba el nuevo trono para María Salomé. Un trono en el que el maestro Carrillo había convertido la madera en excelencia artística, reinventando el tradicional trono ciezano, o "de salón", en un rosal de madera que se entrelazaba sobre sí mismo para elevar la imagen de la Santa Mujer hasta el cielo durante sus desfiles procesionales, convirtiéndose, y así lo sigue siendo a día de hoy, en una de las mayores joyas artísticas del patrimonio de la Semana Santa de Cieza.

En esos años, la imagen no solo desfilaría en la noche de Viernes Santo formando parte del cortejo fúnebre del Santo Entierro del Redentor, sino, que además se incorporaría también a la Procesión del Resucitado en la mañana de gloria de Domingo de Resurrección.

Sin embargo, la aceptación de la obra de Vicent no fue completa, diferentes opiniones dentro del circulo de la Cofradía, llevaron de nuevo a la imagen a los talleres del escultor valenciano para sufrir algunas modificaciones en la expresión de su rostro a principios de los años 60 del pasado siglo XX. Pasando de tener una expresión más triste y melancólica, a una gestualidad más neutra y siendo casi capaz de reflejar tristeza o felicidad dependiendo de la procesión en la que tomara parte.

A lo largo de los años, han sido números los regalos que la Santa ha ido recibiendo, proporcionándole un rico ajuar de vestidos, mantos y paños, que ayudan a componer casi una estampa única e irrepetible año tras año. Así mismo, en la noche de Viernes Santo, la imagen desfila portando en sus manos los atributos de la pasión, la corona de espinas y los clavos de Cristo, los cuales fueron realizados en los años 60 en los talleres del maestro orfebre ciezano Francisco Penalva. Mientras, en la mañana de Domingo de Resurrección, los atributos de la pasión son sustituidos por flores.

Más reciente, en el año 2002 la imagen fue sometida a una restauración en los talleres del ciezano Bonifacio Pérez de Yébenes Ballesteros en los que se le realizó una limpieza en la policromía, así como fueron reparados los desperfectos que la obra tenía en sus manos, provocados por los adornos que esta portaba, y así como los pies, debido a los movimientos durante los desfiles procesionales, principalmente en la mañana de Resurrección.